
Carmen Castro Torres, socia-directora GAIM ASESORES
Experta en derecho de familia y civil . Mediadora Familia. Asociada de AEAFA Y AMAFI
RECOMENDACIONES A LA HORA DE PLANTEARTE Y PREPARAR UN INTERROGATORIO:
¿Qué debemos plantearnos previamente para decidir si proponerlo o no como prueba?
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Reflexionar y determinar sobre lo que queremos conseguir con ello, nuestros objetivos. Si no buscamos claramente un fin quizá pedirlo se vuelva en nuestra contra. Es invertir un tiempo de preparación absurdo y restarle tiempo a la vista que quizá necesitemos para otra cosa.
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Si realmente creemos que nos puede ser útil hay que invertir en su preparación de tal manera que debemos tener en cuenta y definir lo siguiente:
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Objetivos a conseguir con el interrogatorio. Esto va a condicionar nuestras preguntas y debemos tenerlos claros.
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Los temas a tratar. Mi recomendación es hacer bloques de preguntas por temas.
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La línea a seguir durante el interrogatorio.
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Hacer la relación de preguntas previendo varias alternativas de respuesta para la contrapregunta.
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Si vamos a interrogar al contrario utilizar en mayor grado preguntas cerradas que requieran respuestas cortas y muy específicas para no dar opción a que “edulcore las respuestas”. Sin embargo, opino que, si lo que pretendemos desmontar son propuestas de contrario incoherentes y sin sentido, me parecen más útiles las preguntas abiertas, por ejemplo: ¿podría decirnos por qué se opone usted a la custodia compartida? ¿Considera usted que es positivo para los hijos relacionarse con ambos padres en la misma medida? La experiencia me ha demostrado que responder a estar preguntas suele ser muy comprometido para el que tiene que responder, por eso conviene prepararlas con nuestros clientes por si se les plantean de contrario.
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Si sabemos que está mintiendo en algunas de sus afirmaciones de su contestación a la demanda utilizar preguntas que le obliguen a profundizar en detalles y por tanto preguntas abiertas.
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No platear preguntas inútiles y que no nos lleven a ningún sitio. Es decir, no hacer preguntas sobre cuestiones que, por ejemplo, han quedado acreditadas documentalmente.
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Si en su contestación a tu demanda ha mentido, intentar dejarlo patente con las preguntas para desacreditarle.
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Intentar no hacer preguntas sobre las que desconocemos la respuesta para no llevarnos sorpresas indeseadas. Si nos ocurre esto, no perder la calma ni demostrarlo externamente, pasar rapidamente a la siguiente pregunta oviando lo ocurrido. No confrontar si no tenemos claro que podemos revertir lo suucedido.
Con respecto al interrogatorio de nuestro cliente, debemos tener en cuenta lo siguiente:
Es esencial preparar a nuestro cliente exhaustivamente. Debemos anticipar las preguntas que podría recibir y preparar respuestas claras y concisas. Practicar en sesiones simuladas puede ser una gran ayuda para que se sienta más seguro y natural durante el proceso real. Deben estar preparados para mantener la calma bajo presión y evitar respuestas emocionales o reacciones impulsivas.
Además, es importante:
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Evitar contradicciones: Asegurarnos de que las respuestas de nuestro cliente sean consistentes con la información proporcionada anteriormente.
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Mantener la serenidad: Enseñarles a responder con calma y compostura, incluso cuando enfrenten preguntas difíciles o provocadoras.
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Ser claros y precisos: Fomentar respuestas directas y evitar desviaciones innecesarias. Es preferible manifestar un sí o un no sin más que extenderse con riesgo de equivocarse.
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Conocer los hechos: Asegurarse de que nuestro cliente esté completamente familiarizado con todos los detalles relevantes del caso.
Con una preparación adecuada y una estrategia bien definida, podremos abordar el interrogatorio con confianza y eficacia, maximizando nuestras posibilidades de éxito.
Carmen Castro Torres
Abogada-Mediadora
GAIM ASESORES



