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Carmen Castro Torres, socia-directora GAIM ASESORES

Experta en derecho de familia y civil .  Mediadora Familia. Asociada de AEAFA Y AMAFI

RECOMENDACIONES A LA HORA DE PLANTEARTE Y PREPARAR UN INTERROGATORIO:

 

¿Qué debemos plantearnos previamente para decidir si proponerlo o no como prueba?

  1. Reflexionar y determinar sobre lo que queremos conseguir con ello, nuestros objetivos. Si no buscamos claramente un fin quizá pedirlo se vuelva en nuestra contra. Es invertir un tiempo de preparación absurdo y restarle tiempo a la vista que quizá necesitemos para otra cosa.

  2. Si realmente creemos que nos puede ser útil hay que invertir en su preparación de tal manera que debemos tener en cuenta y definir lo siguiente:

    1. Objetivos a conseguir con el interrogatorio. Esto va a condicionar nuestras preguntas y debemos tenerlos claros.

    2. Los temas a tratar. Mi recomendación es hacer bloques de preguntas por temas.

    3. La línea a seguir durante el interrogatorio.

    4. Hacer la relación de preguntas previendo varias alternativas de respuesta para la contrapregunta.

    5. Si vamos a interrogar al contrario utilizar en mayor grado preguntas cerradas que requieran respuestas cortas y muy específicas para no dar opción a que “edulcore las respuestas”.  Sin embargo, opino que, si lo que pretendemos desmontar son propuestas de contrario incoherentes y sin sentido, me parecen más útiles las preguntas abiertas, por ejemplo: ¿podría decirnos por qué se opone usted a la custodia compartida? ¿Considera usted que es positivo para los hijos relacionarse con ambos padres en la misma medida? La experiencia me ha demostrado que responder a estar preguntas suele ser muy comprometido para el que tiene que responder, por eso conviene prepararlas con nuestros clientes por si se les plantean de contrario.

Si sabemos que está mintiendo en algunas de sus afirmaciones de su contestación a la demanda utilizar preguntas que le obliguen a profundizar en detalles y por tanto preguntas abiertas.

  1. No platear preguntas inútiles y que no nos lleven a ningún sitio. Es decir, no hacer preguntas sobre cuestiones que, por ejemplo, han quedado acreditadas documentalmente.

  2. Si en su contestación a tu demanda ha mentido, intentar dejarlo patente con las preguntas para desacreditarle.

  3. Intentar no hacer preguntas sobre las que desconocemos la respuesta para no llevarnos sorpresas indeseadas. Si nos ocurre esto, no perder la calma ni demostrarlo externamente, pasar rapidamente a la siguiente pregunta oviando lo ocurrido. No confrontar si no tenemos claro que podemos revertir lo suucedido.

 

Con respecto al interrogatorio de nuestro cliente, debemos tener en cuenta lo siguiente:

Es esencial preparar a nuestro cliente exhaustivamente. Debemos anticipar las preguntas que podría recibir y preparar respuestas claras y concisas. Practicar en sesiones simuladas puede ser una gran ayuda para que se sienta más seguro y natural durante el proceso real. Deben estar preparados para mantener la calma bajo presión y evitar respuestas emocionales o reacciones impulsivas.

Además, es importante:

  • Evitar contradicciones: Asegurarnos de que las respuestas de nuestro cliente sean consistentes con la información proporcionada anteriormente.

  • Mantener la serenidad: Enseñarles a responder con calma y compostura, incluso cuando enfrenten preguntas difíciles o provocadoras.

  • Ser claros y precisos: Fomentar respuestas directas y evitar desviaciones innecesarias. Es preferible manifestar un sí o un no sin más que extenderse con riesgo de equivocarse.

  • Conocer los hechos: Asegurarse de que nuestro cliente esté completamente familiarizado con todos los detalles relevantes del caso.

Con una preparación adecuada y una estrategia bien definida, podremos abordar el interrogatorio con confianza y eficacia, maximizando nuestras posibilidades de éxito.

 

Carmen Castro Torres

Abogada-Mediadora

GAIM ASESORES

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